Cuando preguntan sobre cómo es nuestra mamá, todos alabamos a la nuestra; la de nosotros es mejor que todas. La mía es soñadora, trabajadora, jovial, linda, guapa, inteligente, intrépida, a veces impulsiva, pero algún defecto tenía que tener.
Pues mi mamá nació en el rancho.
En un lugar cerca de Guerrero.
Tiene 11 hermanos (antes las familias sí que eran numerosas). Cuatro son hombres, y las demás mujeres. Ella ocupa el sexto lugar.
Su familia era de escasos recursos, así que tenían que trabajar muy duro en el campo todos los días para tan solo tener lo necesario.
Cuando tenía 16 años llegó a la Ciudad de México, y trabajo en casa, haciendo limpieza, en casas de personas adineradas, y fue así cómo aprendió buenos consejos para mantener una casa bonita en la ciudad.
Extrañaba mucho a su papá, quién siempre ha sido buena con ella.
Al poco tiempo llegó su hermano menor, con quien ella se lleva muy bien, y ambos se quieren y respetan mucho.
Vivió algunas tristes experiencias, hasta que un día conoció a mi papá en una fiesta. Se conocieron, y de inmediato se gustaron.
Se fueron a vivir juntos, y después que nací yo y Camila, decidieron casarse. Usó un lindo vestido y él un buen traje.
Con el paso de los años, juntos compraron un terreno, y luego un departamento, donde vivimos algunos años, allí nacieron Kiki y Angelina.
Después volvimos a la casita que habían construído en el terreno.
Luego, por razones que solo ellos saben, y muchas veces no se explican, se divorciaron.
Ambos volvieron a tener una nueva familia.
Con su ahora esposo, nació Tito y Valentina.
Su historia a tenido muchos altos y bajos que solo ella tiene derecho a contar, ojalá escribiera un libro para contar lo que ha sido de su vida.
¡Gracias mami!